
En el caso de los inversores procedentes de China, en su mayoría son inversores institucionales o Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (Socimis) chinas, que más que fijarse en la rentabilidad, “buscan el precio por metro cuadrado. Vienen de mercados muy volátiles y eso no les preocupa, sino que lo ven como una oportunidad, para una posterior revaloración del inmueble. Tienen, además, una capacidad de compra más alta, lo que motiva su interés por el sector de las oficinas. Les llaman la atención edificios emblemáticos, con historia y donde pueden sacar más valor a futuro. Les generan más confianza y supone una apuesta más segura, sobre todo, si cuentan con descuentos de entre el 40% y el 50%, apunta Farrelly.
El reto ahora es encontrar el producto. “Buscan no sólo en residencial, oficinas y hoteles, sino también en promoción, donde solicitan productos muy específicos. No compran cualquier cosa y además mueven volúmenes muy elevados que en España no son fáciles de encontrar. No es cuestión de deshacerse del producto malo, sino de hacer los deberes y presentarles estudios exhaustivos de la situación del mercado actual y hacia donde va”, añade el directivo.
Actualmente, la inversión en el sector terciario español (no residencial) está dominada por el mercado anglosajón que según White, representa cerca del 60% del total. También se está viendo la llegada de inversores latinoamericanos en este sector.
En el terciario, el ‘retail’ resulta el mercado más complejo (seguido del hostelero), y que requiere gran estudio y especialización, por lo que previsiblemente, las primeras operaciones de estos inversores se verán en oficinas y logística. En el caso de inversores privados chinos, el visado de oro facilitará su entrada en el mercado residencial.
Noticia de Expansión.com